En muchas ocasiones nos parece que tenemos que hacer algo muy grande para marcar la diferencia, nos parece que lo que hacemos en nuestro día a día no tiene sentido o no es lo suficientemente importante o valido…
El siguiente cuento sufí explica como cualquier acto, realizado desde la convicción, marca la diferencia
Érase una vez un escritor que vivía en una playa tranquila, junto a una colonia de pescadores. Todas las mañanas, temprano, paseaba por la costanera para inspirarse y de tarde se quedaba en casa escribiendo. Un día, caminando por la orilla en la playa, vio una figura que parecía danzar. Al aproximarse, observo a un joven agarrando estrellas de mar en la arena y, una a una, arrojarlas de vuelta al océano.
– Por qué estás haciendo esto? -pregunto el escritor.
– No lo ves? -dijo el joven- La marea esta baja y el sol está brillando. Si las dejo en la arena, se secarán al sol y morirán.
– Muchacho, existen miles de kilómetros de playa en este mundo y cientos de miles de estrellas de mar desparramadas a lo largo de ellos. Qué diferencia hace? Tú devuelves algunas al mar, pero la mayoría morirá de cualquier forma.
El joven tomó una estrella más de la arena y la arrojó de vuelta al océano. Miró al escritor y dijo:
– Para esa, yo hice la diferencia.
Aquella noche el escritor no logró dormir; tampoco pudo escribir.
Por la mañana fue a la playa, aguardó al joven y junto con él comenzó a devolver las estrellas al mar.
Os deseo que este 2019 esté lleno de acciones que marquen la diferencia!!!